martes, 14 de agosto de 2012

Mis Motivos para Educar en el Hogar

Hace un par de días, una amiga me preguntó cuáles eran mis razones para hacer Homeschool. Me confesó que sentía curiosidad por saberlo, ya que ella es maestra en una escuela primaria, y también es responsable de impartir cursos de actualización para maestros. De hecho está clasificada como una de los 10 mejores maestros del país de acuerdo a unas pruebas que les aplicaron recientemente y a su desempeño tanto educando niños como capacitando maestros.

Dado que la conozco, y sé que sus intenciones son nobles, y que tal vez mi respuesta pudiera tener un impacto al menos en los maestros que ella capacita, le di una respuesta clara, honesta, y principalmente relacionada con los aspectos que los maestros pudieran mejorar en general.

NIVEL ACADÉMICO, ATENCIÓN PERSONALIZADA, MORAL Y SEGURIDAD.

Únicamente hablar del nivel académico podría tomarme toda una noche. Lo que nosotros queremos, en el ámbito académico, para nuestros hijos es lo que mi esposo y yo no obtuvimos de nuestras escuelas: amplios conocimientos, deseos de aprender, cultura general, profundidad en los temas (en mi caso, lo tuve que buscar por mí misma, mientras perdía el tiempo horas enteras en la escuela). Queremos inculcarles verdadero civismo y no la clase de una hora semanal en la que nadie aprendió a ser mejor ciudadano. Queremos que nuestros hijos se enamoren de la lectura como nosotros, pero mucho antes que nosotros, queremos que sean niños lectores ávidos de conocimiento. Mi sueño es que les encanten las matemáticas y no sufran al estudiarlas, que no lleven el lastre de un mal inicio hasta la universidad. ¿Qué maestro se va a preocupar por que ésto sea posible? ¿Qué maestro va a ver dentro de mis hijos su potencial para exigirles con amor todo lo que pueden dar? 

El modelo educativo tal como se desarrolló en el siglo XIX para cubrir las demandas de una sociedad en vías de industrialización ya no sirve. A veces dudo de que alguna vez haya servido (para otra cosa que no fuera crear obreros, gente sin iniciativa y sin ánimos de pensar). Aquí un video interesantísimo al respecto.

Yo tuve la experiencia de asistir a escuelas públicas y privadas. JAMÁS permitiría que mis hijos asistieran a una escuela pública, JAMÁS! Los colegios privados ofrecen opciones muy atractivas, clases extracurriculares por las tardes, idiomas, desarrollo de talentos, educación financiera, etc. Pero a qué precio, y no me refiero únicamente a las estratosféricas colegiaturas, inscripciones, cuotas familiares y demás cargos, sino al precio de renunciar a la convivencia familiar por interminables horas: los niños salen de su casa a las 6:30 para regresar diez o doce horas después. ¿Dónde se desarrolla la vida de esos adolescentes, justo en los años más delicados?

Todo el mundo cree que su hijo es especial, ¿lo serán todos? No, pero cada niño es diferente y por esa razón se necesitan distintos métodos de enseñanza y de diversas motivaciones para hacer que un estudiante se interese por la materia. Dicen que Albert Einstein dijo "si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles pensará que es un inútil toda su vida", no estoy muy segura que él lo haya dicho, pero la frase es muy cierta: cada uno tenemos distintas habilidades, diferentes inteligencias y lo importante es desarrollarlas para alcanzar el tan anhelado éxito. Pero si nos enfrascamos en una ideología donde lo importante es sentarse a escuchar a un señor decirnos cosas que no relacionamos con nuestra vida, para después contestar un examen en el que lo que se pone a prueba es sólo nuestra memoria, pasaremos nuestra vida pensando que somos malos estudiantes. Y no quiero que eso les suceda a mis hijos. Son tan pequeños y aún así veo tantas diferencias en ellos, no puedo imaginar las diferencias entre niños que ni siquiera son familiares.

Es una fea costumbre de muchos padres enviar a sus hijos a la escuela y creer que allá les enseñarán todo lo que necesitan saber. Mi esposo y yo nos sentimos con la absoluta responsabilidad de la educación de nuestros hijos. Queremos cubrir esa necesidad (y derecho) de educación de una manera integral, y no sólo con lo académico. Hace unos años leí un artículo en el Harvard Bussiness Review, donde las grandes empresas americanas estaban contratando egresados de universidades religiosas de los Estados Unidos, la razón era que debido a los casos de fraudes y escándalos de Wall Street, se habían percatado que una gran educación académicamente hablando, no reflejaba a un buen directivo, lo que ellos necesitaban, como garantía para su negocio, era honradez. De pronto, todos aquellos egresados de las mejores universidades ya no eran atractivos, pues con la misma inteligencia que habían utilizado para graduarse podían robarles sin que ellos se dieran cuenta. Pero si contrataban egresados de universidades con inspiración religiosa, sabían que las posibilidades de que estos jóvenes tuvieran fuertes convicciones éticas se multiplicaban.

Las escuelas hoy en día no quieren tocar el tema de Dios, e inclusive en colegios católicos se imparte la clase de religión como si no estuviese relacionada con el resto de la vida. Nosotros no queremos sacar a Dios de la vida diaria de nuestros hijos, queremos que haya coherencia en los conocimientos y también que exista un profundo conocimiento de su Fe.

Tener a mis hijos bajo mi techo, o al alcance de mi vista, no significa que quiera alienarlos del mundo, sólo que quiero protegerlos de experiencias desagradables, que desafortunadamente son más comunes cada día. Niños robados, niños violados, niños abusados por sus compañeros, etc.

Hace unos meses, nuestra empleada doméstica estaba angustiada y su hija dejó de ir a la escuela algunos días porque la MAESTRA les dijo que habían aparecido 10 niños decapitados en Guadalajara. Rápidamente la situación se convirtió en una cacería de brujas, las madres de familia se organizaban para custodiar la escuela, si veían más de un hombre en un auto llamaban a la policía, cerraron calles y demás. Obviamente todo resultó ser falso, pero el terror y la angustia de esos niños de primaria no lo fueron. Esa misma semana un helicóptero de las fuerzas armadas mexicanas aterrizó en la cancha deportiva del mejor colegio para niñas de la ciudad, las niñas vieron el cadáver de un presunto narcotraficante que recogieron los soldados en una residencia cercana. Después de ese suceso se llevó a cabo una lamentable oleada de terrorismo en la ciudad, era angustiante no poder comunicarte ni siquiera por teléfonos celulares, pero yo estaba en calma, con mis hijos en su casa. Muchas veces he escuchado "los niños tienen que saber del mundo"; no lo niego, pero tampoco hay que introducirlos en un mundo de odio y violencia a una edad en la que no tienen la madurez suficiente para asimilarlo. No hay que arrancarles su inocencia si como padres estamos aquí para custodiarla.

Finalmente le aclaré que yo no creía que el homeschool era para todos; hay hogares en los que la dinámica familiar es perjudicial para los niños, y que la única oportunidad que tienen de encontrar adultos que les sirvan de modelo positivo es fuera de sus casas. Y también hay padres que aunque sean muy buenos, no tendrán la preparación académica necesaria, ni siquiera para enseñar a sus hijos lo más básico. Pero en el particular caso de mi familia (y de muchísimas otras en Guadalajara), todos los elementos convergen hacia la Educación en el Hogar.


Con la mirada puesta en el Cielo, es el anhelo de nuestra educación.












    2 comentarios:

    1. Querida Lila, quería decirte que acabo de agregar este post a mi página de testimonios:
      http://familiacatolicahomeschooler.wordpress.com/testimonios/
      Gracias por compartir!!!! Y también te agregué en la página de la SRA como apoyo!!!
      Un abrazo!
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    2. Muchas gracias, Xhonané, espero que sea de provecho para alguien.

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